Inteligencia artificial vs inteligencia humana ¿Cuál es el futuro del trabajo?

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Últimamente las redes arden con comentarios y ejemplos acerca de las nuevas herramientas de inteligencia artificial (IA), como MidJourney o ChatGPT.

En esa avalancha de opiniones te puedes encontrar de todo, desde personas temerosas que dan por hecho que estas herramientas suponen el fin de la creatividad humana, hasta duros críticos que advierten de sus peligros.

Un hecho real es que ya se ha prohibido su uso en varios colegios de EE. UU., también en España, dado que los alumnos pueden usarlas para hacer sus trabajos y tesis (sería como copiar de un compañero).

Personalmente, y ya me vas conociendo, no las rechazo en absoluto, pero también es cierto que todavía les veo algunas carencias que deben superar y que reafirman el papel que jugamos los marketeros. ¿Cuáles? Trataré de explicártelo de una forma sencilla.

¿Qué diferencia hay entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana?

 

El caso es que las herramientas de inteligencia artificial son heurísticas, es decir, buscan cosas hechas anteriormente por los seres humanos y en un tiempo récord obtienen un resultado (la informática es, en gran medida, una forma rapidísima de calcular). Esto no es nuevo. Por ejemplo, al principio se querían traducir los idiomas con programas que siguieran las reglas de la gramática y sintaxis de cada lengua pero pronto se descubrió que era más sencillo usar la potencia de cálculo de los ordenadores y que buscasen por internet adelante traducciones que los humanos ya habían hecho anteriormente.

Y, a pesar de que la teoría es perfecta, los resultados que arroja la inteligencia artificial, calculados a toda velocidad, son en muchas ocasiones soluciones frías, «desaboridas», sin alma (principalmente en las herramientas de IA que usan texto). ¿Por qué?

 

Imágenes creadas con MidJourney por Jaime Villalonga

 

Como me gusta comprobar las cosas por mí mismo para opinar con rigor, decidí hacer una prueba. Empleé varias herramientas de IA  para escribir un artículo como este, y si bien es cierto que me han dado pistas o ideas (propuestas, al fin y al cabo), no me ofrecieron un artículo atractivo y coherente en su totalidad. Faltaba estructura, faltaban matices, aunque no estaba nada mal como punto de partida, ojo.

Mi conclusión es que la inteligencia artificial, de momento, razona, pero no piensa. Son dos cosas distintas. Por ejemplo, Platón razona en su famoso libro La República cómo debería organizarse una sociedad perfecta, idea que retoma Tomás Moro en Utopía y Marx en su sistema socioeconómico.

Pero ahora viene el problema. Razonar con una argumentación sólida y bien hilada no es pensar bien. Uno puede presentar un argumento bien hilado (razonado) pero que en la práctica es erróneo (mal pensado).

De hecho, y se ve bien en el plano socioeconómico, todas las utopías que parecían razonables en el papel, fueron irrealizables en la vida real. Bien razonadas, pero mal pensadas.

Cómo indica José Carlos Ruiz en su obra El arte de pensar, pensar es un ejercicio donde se combinan dos elementos fundamentales del ser humano: razonar y sentir. Sentir es una parte primordial que nos define como humanos y no podemos invisibilizarla si queremos pensar bien.

En su libro Pensar rápido, pensar despacio, Kahneman defiende una idea similar, y se ganó un premio Nobel.

Pensar no solo es poner en marcha un proceso racional de argumentos encadenados. Pensar también es comprender que los datos no son nuestra totalidad ni tampoco nuestra finalidad, ni que tenemos que someternos a ellos como esclavos.

La inteligencia artificial, con su sistema heurístico, no piensa, solo razona. Da datos en muchas ocasiones sacados de contexto, de sentido, de matices, calculados por un algoritmo fríamente lógico. Y precisamente, ese es el gran obstáculo que encuentra la inteligencia artificial cuando trata de imitar el pensamiento humano.

¿Cómo afectará la inteligencia artificial al futuro del trabajo?

 

De momento, aunque la IA se está perfeccionando al extremo, no logra crear seres humanos pensantes. Para conseguirlo debería activar a la perfección razón + sentimiento y arrojar un resultado lógico + con un sentido humano.

Por eso, la mayoría de los comentarios en redes a los que aludí antes afirman que bastantes herramientas de inteligencia artificial ofrecen información fría, «robótica», deshumanizada.

 

Imágenes creadas con MidJourney por Jaime Villalonga

 

La Inteligencia artificial aún está lejos de poder captar eficazmente la complejidad de las emociones humanas. Actualmente, las herramientas de IA no son capaces de reconocer, interpretar y responder a las emociones humanas con la misma eficacia que una persona real.

Por ejemplo, las herramientas de IA no son capaces de diferenciar entre un comentario sarcástico y uno genuino, o entre una broma y un insulto. Esto significa que pueden malinterpretar fácilmente la intención de la persona y, en consecuencia, crear una experiencia negativa.

Hoy por hoy, la inteligencia artificial no te quitará el trabajo. Quién te podría quitar el trabajo es una persona que ya sabe utilizar las herramientas de inteligencia artificial.

Te recomiendo que uses estas herramienta a tu favor. Eso te dará una ventaja competitiva frente a aquellos que no sean capaces de ver esta oportunidad.

Teóricos de la comunicación como McLuhan, Carr, Ong o Baricco defendieron que las herramientas son extensiones de las facultades humanas. Una lupa es un ojo que ve cosas pequeñas, un telescopio es un ojo extendido. Cuando usamos esas tecnologías, nuestro ojo (en este ejemplo) ha mejorado, pero nos tenemos que adaptar a la herramienta nueva. Y claro, esto supone cambiar nuestra forma de trabajar.

Antes escribíamos a mano y enviábamos cartas con sellos. Ahora usamos e-mail. La inteligencia artificial será la nueva herramienta que nos ayude a hacer algunas cosas viejas, solo que de forma más rápida y precisa. Por eso es preciso aprender a usarla, como te propongo más abajo (sigue leyendo), ya que en otro caso, seguiremos (cada vez con más problemas) usando viejas herramientas.

La Inteligencia artificial como herramienta de marketing

 

Es una buena noticia. Podremos seguir haciendo marketing pero de una forma nueva. Somos los humanos de siempre, pero ahora asesorados por las ideas que nos aporte la inteligencia artificial, aunque solo nosotros sabremos orquestar con estructura y sentido humanos.

Es importante recordar que no todas las respuestas que arroja la IA son 100% precisas y verificables. A medida que cada vez más personas se vuelven cómodas obteniendo información de IA, es fácil caer en la encrucijada de creer que todas las respuestas son correctas.

Disponemos de más y mejores herramientas. Ya no nos quedan excusas para hacer un buen trabajo, más moderno, más cómodo. Pero el trabajo de marketing solo sabremos hacerlo bien nosotros, los humanos.

Por el momento es necesario verificar la información antes de tomar una decisión basada en IA, ya que su inmenso potencial también conlleva la posibilidad de usos indebidos y abusos. De nosotros depende que su uso sea responsable y tenga sentido.

Ahora es tu turno. Investiga, aprende, déjate asesorar con las sugerencias de la inteligencia artificial. Porque son solo sugerencias, ya que las soluciones solo las sabes ofrecer tú con tu expertise de profesional y de ser humano.

Por: Jaime Villalonga

Futurista tecnológico. Apasionado de los nuevos ecosistemas digitales. Redactor & speaker sobre metaverso, web 3.0, y nuevo marketing. Aficionado a las criptomonedas, blockchain & NFTs. Marketing & Communications Manager de profesión. Mejorar la educación lleva a mejorar el mundo.

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